Tijuana

Cuando se enganchan contigo en Redes Sociales. Todas las opiniones apestan, menos la propia.

Uno de los grandes precios que pagamos los seres humanos es la crítica por el simple hecho de ser racionales.

Jamás, repito, jamás quedarás bien con todos, es más, cuídate de quien goce de ese “privilegio” porque seguramente es alguien que pocas veces externa lo que piensa pues generalmente opina, comenta o comparte lo que otros quieren. A los “polite” o cortés antes se les decía hipócritas.

Comentar algo en redes sociales o simplemente compartir hechos concretos, de inmediato activas hordas de gente diciéndote lo mala persona que eres.

Dímelo a mi. Pero tengo un secreto que hoy voy a revelarte pues son muchísimas las personas que me preguntan cómo hacer para no caer emocionalmente en provocaciones.

Son 3.

1.- Es más sobre ellos que sobre ti.

Generalmente las críticas innecesarias vienen de personas que buscan insertarse en debates para sentirse que tienen cierto poder sobre los demás, es fácil identificar una crítica constructiva de una plagada de complejos que solo revelan su pequeñez.

Cuando el tema es controversial como las uniones gay, el aborto, la política o la religión, generalmente la crítica no es hacia uno, casi siempre revela incomodidades o complejos de quien comenta, en la inmensa mayoría de los casos son un ejercicio de ellos para justificar su forma de pensar y acomodarla a su estilo de vida.

Hay gente que está forzada, consciente o inconscientemente, a defender ciertos puntos de vista porque ya viven así y solo criticando a otros es como se sienten avalados.

Como dicen: las cosas de quien vienen.

No es lo mismo el comentario de tu jefe, pareja o amigo, que de alguien que solo ubicas cuando opina en redes sociales y haz visto tres veces en tu vida.

2.- Primero los hechos, luego las emociones.

Somos seres humanos y las emociones son parte de nuestro ser, sin embargo, las emociones son sentimientos completamente subjetivos ligados a nuestras experiencias o gustos.

Todos estamos obligados no solo a respetar las emociones de terceros, sino también a cuidarlas.

El problema surge cuando las emociones nublan a la razón y se pierde el contexto real de las cosas. Intenta escribir o expresarte lo más objetivamente posible, te ayudará a controlarte un poco más y a ver las cosas no desde una posición más cómoda, sino de una más justa.

El arrebato emocional es más complicado cuando el debate es cara a cara, sin embargo en redes sociales es mucho más sencillo pues son solamente palabras escritas y por eso hay que cuidarlas mucho.

Eres responsable de lo que escribes, no de lo que interpreten los demás.

3.- De todos se aprende.

Bueno, de casi todos, yo he aprendido muchísimo de gente que no piensa como uno y la experiencia de descubrir otros razonamientos me ha despertado la inquietud sobre la importancia de la educación, de la lectura, del debate sano, de la participación y de un montón de cosas más.

Siempre hay “prietos en el arroz” y de ellos te recomiendo practicar la paciencia y la compasión.

A estos dales un par de oportunidades, tampoco es manda aguantar sus groserías y chíspalos cuando gustes.

No andes sudando calenturas ajenas.

 

* El autor es Director de Testa Marketing.


Publicado el: enero 21, 2019.

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